Una situación de “tormenta perfecta” se cierne sobre la cadena logística por la conjunción de varios factores entre los que la falta de conductores profesionales es el más relevante y el que tiene una peor solución a corto plazo.

La recuperación y normalización de la demanda desde los meses más duros de la pandemia se ha saldado con una importante escasez de contenedores de transporte marítimo, que se encuentran ocupados en puertos colapsados o están vacíos en lugares donde no se necesitan, mayoritariamente en puertos de destino de las importaciones asiáticas. Esto ha provocado un alza importante de los precios de los fletes y, al tiempo, retrasos importantes en los centros logísticos de todo el mundo; no de una forma tan drástica como al inicio de la pandemia, pero sí de una manera persistente que afecta a la operatividad.

Pero por encima de todas las cosas, a la cadena de suministro le amenaza la escasez de conductores que padece todo el continente europeo. Según la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España, FENADISMER, y según diferentes estudios realizados sobre la situación del empleo en nuestro país, “el porcentaje de empresas del sector del transporte que están experimentando dificultades para cubrir sus puestos vacantes se situaría en más del 20 por ciento, estimándose en más de 10.000 las ofertas de empleo que quedarían vacantes por la falta de candidatos disponibles”.

Los factores de esta escasez, comunes en toda la Unión Europea, son el elevado coste económico que supone acceder a la profesión, la dureza del ejercicio de la actividad y las condiciones laborales ofrecidas, lo que hace que la profesión no resulte atractiva. Para FENADISMER, ni desde el ámbito público ni del privado “se están llevando a cabo iniciativas para paliar esta situación, pese al alto nivel de desempleo existente en nuestro país, en torno al 20 por ciento, con el riesgo de que en un futuro no muy lejano pudiera afectar al normal desenvolvimiento de las cadenas de suministro de bienes y productos, tanto a las industrias como a la población en general”.

Actualmente ya hay países que están viviendo auténticos problemas de desabastecimiento por esta circunstancia. En concreto en el Reino Unido la falta de conductores en general se ha visto agravada por el Brexit y por las normas sobre el trabajo de ciudadanos no británicos, lo que ha expulsado del país a miles de trabajadores y ha provocado problemas en la actividad comercial con graves desabastecimientos, principalmente en supermercados y gasolineras.

En Gran Bretaña se estima que se necesitan del orden de 90.000 conductores y el Gobierno británico ha aprobado este fin de semana un plan de emergencia, dotado con 10 millones de libras, que comprende la formación gratuita a 5.000 personas para que puedan obtener los permisos de conducción profesionales a través de cursos acelerados, con el objetivo de que puedan examinarse en un máximo de 12 semanas. También se ha aprobado la concesión de hasta 5.000 visados laborales por un período de 3 meses a transportistas extranjeros que deseen trabajar en el Reino Unido de cara a las Navidades. En todo caso, estas medidas se encuentran muy lejos de satisfacer la necesidad de conductores de cara a evitar el colapso en el suministro de bienes y mercancías que se estima se producirá en las próximas semanas.

Fuente:diariodetransporte.com