El colapso de las tres áreas de servicio que hay en el tramo de Castellón de la AP-7, situadas a la altura de Burriana, la Ribera de Cabanes y Benicarló, no tiene visos de solucionarse, al menos a través de la opción propuesta por los transportistas. Así lo recoge en una noticia el El Periódico del Mediterráneo publicada ayer, de la que hemos querido hacernos eco.

Y es que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha rechazado la posibilidad de que los camioneros que circulen por la autopista puedan acceder con normalidad a las zonas de descanso de la N-340, una petición impulsada por la patronal nacional.

Culminan de este modo, al menos de momento, las conversaciones que habían mantenido ambas partes desde que comenzara la liberalización de la AP-7, tras el considerable aumento del tráfico pesado en dicho vial. Esto provoca, como ya publicó Mediterráneo, que entre última hora de la tarde y primera de la mañana estos espacios se colapsen de forma habitual, debido a que los camioneros tienen que parar a descansar, obligados por ley. De hecho, ocupan incluso los viales de acceso, lo que está prohibido y es peligroso.

Petición

Ante esta circunstancia, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) solicitó el pasado mes formalmente ante la DGT que los conductores puedan utilizar también las áreas de servicio de la N-340. La respuesta ha sido negativa. «Nos han contestado que por motivos de seguridad vial no es aconsejable hacer esa excepción», explica Juan José Gil, secretario general de Fenadismer.

La prohibición del tráfico pesado por la N-340 a su paso por Castellón -vigente desde el 2014– no implica un veto explícito a acudir a sus zonas de descanso, pero la condición que impone es tan desfavorable para los transportistas que pocos la siguen.

El decreto establece que los camiones solo pueden entrar a un área de descanso de la nacional si luego se reincorporan a la autopista por el mismo acceso. Es decir que si, por ejemplo, uno sale de la AP-7 por Torreblanca y va a Santa Magdalena de Pulpis o Alcalà, luego no puede seguir recto hacia la salida de Benicarló; debe retroceder y volver a entrar por Torreblanca. «Eso supone una pérdida de tiempo para los transportistas, que suelen ir con horarios apretados», manifiesta Juan José Gil.

Foto: El Periódico del Mediterráneo

Fuente: diariodetransporte.com